jueves, 8 de marzo de 2012

Amargo Sueco (Hierbas Suecas)

El Amargo Sueco es elixir de plantas con múltiples aplicaciones terapéuticas. Su fórmula fue precisada en el siglo XVIII por el doctor Samst, un médico sueco, a partir de “un elixir de larga vida” que había sido empleado desde la Edad Media por numerosos médicos, incluido Paracelso, y desde hace tres décadas está adquiriendo renovada importancia en diversos países europeos.



La naturaleza ha dado al ser humano el don de poder distinguir cuatro sabores diferentes: dulce, ácido, salado y amargo. Ello se debe a las diferentes papilas gustativas que se encuentran en la superficie de la lengua que se divide en cuatro zonas: lo dulce, por ejemplo, sólo lo percibimos en la punta de la lengua, y lo amargo, sólo en la base. Al mismo tiempo, el olfato está estrechamente relacionado con el sentido del gusto.

Cada día comemos cosas saladas, ácidas y dulces, pero apenas tomamos nada amargo, y es que hemos eliminado las sustancias amargas de nuestra alimentación, sustituyéndolas por las dulces.

Existe un escrito sobre la vida pública en el siglo XVIII en China, en el que se afirma que está fuera de toda norma y es de mala reputación comer azúcar, y que hacerlo en la calle resulta además inmoral e inadmisible. La consecuencia de todo ello es la decadencia de las costumbres, el afeminamiento y la pérdida viril, mientras que los alimentos amargos proporcionan fuerza y valor al hombre. Los indios norteamericanos también consideraban que los alimentos dulces producían un afeminamiento, y en la teoría macrobiótica, el azúcar es el alimento yin por excelencia.

Si se tiene en cuenta que el azúcar se ha convertido en una auténtica droga para nuestra sociedad, parece necesario analizar más las consecuencias de este abuso, pues sin duda determinados hábitos alimentarios puede afectar –a lo largo de varias generaciones- al desarrollo y la constitución, tanto física como psíquica, de los pueblos.

En nuestra alimentación actual han desaparecido casi por completo las verduras y ensaladas suavemente amargas, como los berros, el diente de león y la achicoria. Antes, el sabor amargo formaba parte integral de la alimentación de muchos pueblos. En algunas fiestas judías se comían plantas amargas, tal como prescribía la tradición. Los indios comían muchas raíces extremadamente amargas de un sabor tan fuerte que actualmente no las podríamos tolerar.

La cura primaveral, de gran tradición en el campo de la fitoterapia europea, realizada a base de plantas amargas como el diente de león y el ajo de oso constituye una reminiscencia de antiguos sabores. En países como Francia, por ejemplo, todavía se suele tomar tras una comida copiosa un “digestivo” preparado con plantas amargas, como el cálamo aromático, la genciana y la angélica. Por otra parte, la medicina popular europea onserva aun una serie de remedios, licores y elixires amargos; estas medicinas amargas tienen una importancia fundamental para nuestra salud, ya que permiten “mantener a flote” a nuestro metabolismo: la falta del estímulo del sabor amargo produce a la larga un desequilibrio en nuestro metabolismo.

Las sustancias amargas, en general, estimulan el hígado. Un paralelismo que refuerza este hecho es que el hígado elabora la bilis, un líquido extremadamente amargo. Como cuando queda el estómago vacío tras haber vomitado y las ganas de seguir vomitando no han cesado. Lo que se elimina entonces es la bilis, con su peculiar aspecto verdoso y su sabor extraordinariamente amargo. La antigua medicina china también relaciona el sabor amargo con el hígado, al igual que la astromedicina, que formaba parte del pensamiento de los médicos y alquimistas de siglos pasados.

Entre otras funciones, el hígado se encarga de neutralizar toxinas, incluyendo metales pesados, sustancias químicas y plaguicidas presentes en los alimentos y el agua potable, así como medicamentos sintéticos. El hígado es el gran laboratorio metabólico de nuestro cuerpo.


Historia y composición del Amargo Sueco


Desde hace unos treinta años, el elixir de plantas Amargo Sueco ha adquirido renovada importancia, pues activa armónicamente las funciones del hígado y de todos los órganos digestivos.

Paracelso, el gran reformador de la medicina de principios del siglo XVI, creó la receta de un elixir ad longam vital con áloe, mirra y azafrán. Desde entonces los diferentes ingredientes ya no se administran triturados en forma de pasta, sino preparados como elixir, es decir, extraídos en alcohol.

En los siglos XVII y XVIII, el doctor Samst, un médico Sueco, reescribió la receta de un elixir que le había transmitido su familia. Se dice que el doctor Samst llegó a los 104 años de edad y que no murió a causa de su avanzada edad, sino a causa de una caída del caballo. Como era un médico sueco, el elixir se empezó a llamar Elixir Sueco; a este médico también le debemos el tratado en el que se enumeran los 43 trastornos en los que el Amargo Sueco puede ser de utilidad.

Dos siglos y medio después, este tratado llegó a manos de María Treben. Con la ayuda de este elixir curó un tifus muy grave, lo cual la impulsó a estudiar intensivamente las recetas populares de plantas medicinales.

Como en tantas otras cosas, en esta receta el todo es más que la suma de sus partes, es decir, que este elixir de plantas tiene un efecto mayor que las sustancias que lo componen por sí solas.

La fórmula del Amargo Sueco es la siguiente: Maná, áloe, raíz de ruibarbo, sen, raíz de cedoaria, raíz de angélica, raíz de carlina, angélica, mirra, alcanfor, azafrán, theriac, cimicífuga, valeriana, cúrcuma, canela en
rama y mirra.

Todas estas plantas y sustancias naturales se mezclan y se dejan reposar en alcohol de 80º. Al cabo de diez días, se añade agua hasta que el alcohol quede rebajado a unos 40º. Transcurridos diez días más, durante los cuales hay que agitar la mezcla varias veces, las plantas se prensan y se filtran.


Aplicaciones internas


El Amargo Sueco tiene un campo de indicaciones muy amplio. En primer lugar es un excelente remedio para la “depuración” de la sangre, es decir, activa el metabolismo, estimula al hígado a aumentar su actividad desintoxicante y favorece también los procesos de eliminación de los riñones y de los intestinos.

Por eso las curas con Amargo Sueco consiguen aliviar tanto los dolores reumáticos, como el cansancio, la desgana y el abatimiento. Para combatir los dolores reumáticos y las alergias, y en la depuración general del organismo, recomendamos seguir una cura de ocho a diez semanas, dos veces al año.

Existe un estudio clínico que no sólo demuestra que las dispepsias (trastornos digestivos) mejoran considerablemente gracias a la acción del elixir, sino también que el preparado se tolera perfectamente sin que se presenten efectos secundarios. Para la dosificación correcta se toma una cucharadita antes de cada una de las tres comidas del día. Cuando se ha comido mucho o la comida es pesada, pueden tomarse de una a dos cucharaditas de elixir después de comer.

El Amargo Sueco hace honor a su nombre y realmente tiene un sabor extremadamente amargo. Se debería diluir en una infusión, agua o zumo, por ejemplo dos cucharaditas en un vaso medio vaso de zumo de naranja.

Durante mucho tiempo se creía que el aumento de la secreción de saliva y jugos gástricos se debía exclusivamente a la estimulación del sistema nervioso vegetativo, es decir, que se producía por acto reflejo; sin embargo, actualmente se sabe que la mucosa gástrica, cuando entra en contacto con sustancias amargas, aumenta su producción de ácido. Ello pone en marcha una reacción en cadena que permite un mejor aprovechamiento de los alimentos ingeridos, aumentando al mismo tiempo el proceso de reabsorción.

La única contraindicación de la aplicación interna del Amargo Sueco es la diarrea. En este caso, hay que dejar de tomarlo inmediatamente, ya que dicho estado se podría agravar. Las personas que tienden a tener diarrea también deberían tener mucho cuidado con la dosificación: una cucharadita al día es lo más apropiado.


Aplicaciones externas


El Amargo Sueco también se puede aplicar externamente, y en ocasiones da excelentes resultados: está indicado siempre que haya que tratar inflamaciones bien localizadas, aplicándolo con un algodón o en forma de envoltura para la desinfección y alivio de picaduras de insectos basta aplicar una gota del elixir; las vesículas en caso de fiebre en los labios o las espinillas purulentas en la piel (piel sucia o acné) también desaparecen al cabo de un día. Las vesículas de la varicela se endurecen mucho más rápidamente cuando se les aplica Amargo Sueco.

La envoltura del Amargo Sueco puede convertirse en un remedio universal. En caso de picaduras de abeja es eficacísimo aplicar un algodón empapado de Amargo Sueco sobre la zona hinchada y en diez minutos desaparecen el dolor y la hinchazón. Estos resultados han sido comprobados en numerosísimos casos.

También se puede hacer gárgaras con Amargo Sueco para combatir la afonía y las inflamaciones de la garganta. La dosificación correcta es de tres cucharaditas diluidas en un vaso de agua. Si es capaz de hacer gárgaras con el Amargo Sueco sin diluir, la inflamación puede desaparecer más rápidamente aun.

Las envolturas de cuello con Amargo Sueco pueden aplicarse para combatir la amigdalitis y la afonía, y la compresa sobre el oído inflamado sirve para combatir la otitis.

Las heridas pequeñas e infectadas que producen dolor y las que cicatrizan con dificultad se curan mejor con una compresa de Amargo Sueco. Además las propiedades antiinflamatorias de la compresa de Amargo Sueco también han resultado eficaces para los dolores articulares reumáticos.

En caso de dolor de vientre, aplicar una envoltura de Amargo Sueco por la noche: por lo general, al día siguiente se notará la mejoría.

Contra el dolor de cabeza hay que tumbarse durante quince minutos y ponerse una compresa con Amargo Sueco sobre la frente o – si el dolor se siente más en la parte posterior del cráneo- en la nuca.

Aplicado externamente, el Amargo Sueco estimula la circulación sanguínea, a la vez que reduce los efectos de los espasmos y estrechamiento de los vasos.

Para la aplicación externa, el elixir siempre se usa sin diluir. Si se aplica durante algún tiempo, el alcohol que contiene puede resecar la piel, por lo que se debe proteger aplicando pomada de tepezcohuite sobre la parte que se va a tratar. Gracias a esta capa de grasa protectora, la piel no puede resecarse aunque la envoltura se aplique durante algunas horas. Después se toma un trozo de algodón del tamaño de la parte de la piel que se quiera tratar y se empapa con el elixir.

El algodón debe estar húmedo, pero no hasta el extremo de gotear. Esta compresa fría y húmeda se cubre con un plástico más grande. Al final, la compresa se tapa con una tela caliente o se sujeta con un vendaje o una bufanda. Hay que vigilar que el líquido no manche la ropa o la cama.

Para facilitar la colocación de una envoltura puede ser útil utilizar el interior de un pañal de bebé. Éstos se componen de una parte de celulosa combinada con una lámina de plástico que detiene la humedad.

De utilizarse un pañal para hacer la envoltura, no será necesario cubrirla con plástico. La envoltura se tendría que aplicar al menos durante una hora, pero será mejor dejarla puesta toda la noche, pues molesta menos durmiendo.

Las noticias sobre el poder curativo del Amargo Sueco llegan de todo el mundo, y algunas de estas curaciones son bastante extrañas, como las que hacen referencia caballos, perros y gatos, que han sido curados de enfermedades muy graves gracias a la utilización de este elixir en el tratamiento.

El Amargo Sueco está renaciendo e introduciéndose en muchos países del mundo. En Alemania, por ejemplo, las farmacias venden el Amargo Sueco como remedio casero; en Francia, Bélgica y Holanda, miles de personas lo utilizan a diario como tónico; en Estados Unidos, un curandero cherokee de Carolina del Norte lo entrega a todos sus pacientes; en Malasia la gente lo recomienda encarecidamente, y en la India, los médicos naturistas lo recetan a menudo.


APLICACIONES


1.- Aspirándolas repetidas veces por la nariz, untando con ellas el cogote y aplicando compresas en la cabeza, calman los dolores y el mareo, fortalecen la memoria y el cerebro.

2.- Ayudan contra la vista turbia, quitan la rubicundez y todos los dolores, aunque los ojos estén inflamados y la vista enturbiada y entelada. Combaten las nubes y las cataratas mojando con ellas a tiempo los ángulos de los ojos o aplicando compresas sobre los ojos cerrados.

3.- Pústulas y toda clase de erupciones, costras en la nariz o en otras partes del cuerpo, se curan untándolas bien y a menudo con las gotas.

4.- Contra el dolor de muelas se disuelve una cucharada (de postre) de estas gotas en un poco de agua y se deja en la zona dolorida o infectada. El dolor se calma y la infección se cura. (Puede repetirse esta aplicación hasta tres veces al día si fuera necesario).

5.- Las ampollas o lasa otras afecciones de la lengua se curan en poco tiempo untándolas con las hierbas.

6.- Cuando la garganta esté irritada o llagada de tal manera que casi no se pueda tragar la bebida o la comida, se toman por la mañana, al mediodía y por la noche, una 25 gotas y se dejan pasar lentamente por la garganta; así se calma la irritación y se cura la garganta.

7.- Contra el calambre del estómago se toma una cucharada (de postre).

8.- En casos de cólicos se toman lentamente tres cucharadas (de postre), una después de otra, y pronto se calmarán los dolores.

9.- Disuelven las flatulencias y refrescan el hígado: quitan las dolencias del estómago y del vientre y ayudan contra el estreñimiento. 15 gotas disueltas en agua antes de las comidas y 25, después.

10.- Son un remedio excelente para el estómago, cuando digiere mal y rehusa los alimentos. 25 gotas disueltas en agua o infusión después de las comidas.

11.- Asimismo calman los dolores biliares. Tomando cada día una cucharada (de postre) por la mañana y otra por la noche y aplicando durante la noche compresas empapadas con las hierbas, desaparecen en poco tiempo todos los dolores.

12.- Contra la hidropesía se toma durante seis semanas, cada día, por la mañana y por la noche una cucharada (de postre) de las gotas con vino blanco.

13.- Los dolores y el zumbido de oídos se combaten metiendo en los oídos un taponcito de algodón mojado con las hierbas. Esto es muy eficaz y hace recobrar el oído.

14.-Si una mujer tiene dolores de matriz se le da durante tres días cada mañana en ayunas, una cucharada (de postre) de las hierbas con vino tinto. Media hora después de haberlas tomado debe dar un paseo y luego puede desayunar, pero sin tomar leche. (Ya que las Hierbas Suecas no deben tomarse jamás ni antes ni después de haber ingerido leche).

15.- Tomando en los últimos días de la gravidez una cucharada de las Hierbas Suecas por la mañana y otra por la noche, se facilita el parto. Para librarse sin dificultades de las secundinas, se le da a la parturienta cada dos horas una cucharada (de postre) de las hierbas.

16.- Si después del parto, a la subida de la leche, se presentan inflamaciones en el pecho, se aplican compresas empapadas con las hierbas.

17.- Sanan las viruelas en los niños, dándoles según la edad, más o menos cantidad de gotas de las hierbas, diluidas en un poco de agua (2 gotas por año de edad hasta un máximo de 30, tres veces al día antes de las comidas). Cuando las viruelas empiecen a secarse, se mojan repetidamente con las hierbas para que no queden hoyos.

18.- Eliminan en los niños y adultos los gusanos, incluso la solitaria, pero hay que adaptar la dosis a la edad de los niños (2 gotas por año de edad hasta los 15 años. A partir de esta edad 1 cucharada (de postre), tres veces al día. La primera toma deberá hacerse en ayunas). Además se aplica un paño empapado con las gotas sobre el ombligo, procurando que se mantenga siempre húmedo.

19.- La ictericia se cura tomando tres veces al día una cucharada (de postre) de estas gotas y aplicando compresas empapadas sobre el hígado inflamado.

20.- Curan las almorranas y sanan los riñones, expulsan del organismo los humores hipocóndricos, sin necesidad de otra cura, quitan la melancolía y las depresiones, abren el apetito y estimulan la digestión.

21.- Curan también las almorranas internas, mojándolas desde el principio repetidas veces con las gotas y tomando éstas antes de dormir por vía interna para ablandarlas. Se deja actuar un algodón empapado para fomentar la circulación de la sangre y quitan el escozor.

22.- Cuando alguien se desmaye se le abre la boca y se le da a beber una cucharada (de postre); el enfermo volverá pronto en sí.

23.- Los dolores de los calambres se calman con el tiempo, tomando estas hierbas por vía interna. Tres cucharadas (de postre) al día antes de las comidas.

24.- Los enfermos de tisis pulmonar deben tomar una cucharada (de postre) en ayunas y 25 gotas después de cada comida. El tratamiento debe mantenerse un mínimo de seis semanas.

25.- Si en una mujer no se presentan reglas o las tiene demasiado abundantes debe tomar las hierbas durante sesenta días seguidos. Así equilibrará su menstruación. Tres cucharadas (de postre) al día antes de las comidas.

26.- Este remedio ayuda contra el flujo blanco. Una cucharada (de postre) disuelta en agua antes del desayuno, comida y cena.

27.- Quien tenga epilepsia tiene que tomar las hierbas al instante y debe seguir el tratamiento exclusivamente con este preparado ya que restablecen los nervios y todo el organismo y curan todos los males. Una cucharada (de postre) disuelta en agua antes del desayuno, comida y cena.

28.- Curan asimismo la varicela y la erisipela. Dos gotitas por año de edad hasta un máximo de 30 gotas disueltas en un poco de agua o infusión, tres veces al día antes de las comidas.

29.- Quien tenga mucha calentura o escalofríos y esté debilitado, que tome una cucharada (de postre). El enfermo, siempre que no haya cargado su cuerpo con otros medicamentos, se recuperará y el pulso se normalizará aunque la fiebre haya sido muy alta. La toma puede repetirse hasta tres veces al día antes de las comidas, aunque los enfermos afiebrados conviene que “no coman” o “coman” alimentos muy ligeros.

30.- Las hierbas curan también el cáncer, las viruelas antiguas, las verrugas y las manos agrietadas. Las úlceras antiguas y purulentas con excrecencias carnosas se lavan bien con vino blanco y se cubren con un paño empapado con Hierbas Suecas. Éstas quitan las hinchazones y dolores así como las excrecencias carnosas y la herida empieza a cicatrizarse

31.- Curan sin riesgo toda clase de heridas, ya sean cerradas o abiertas, mojándolas repetidas veces con las hierbas. Se toma un lienzo, se empapa con el preparado y se cubre con él las heridas. Los dolores se calman pronto y no pueden producirse ni infecciones ni gangrena. Curan también las heridas antiguas causadas por arma de fuego. Las heridas profundas se riegan, sin necesidad de lavarlas antes, con las Hierbas Suecas. Después se continúa tratándolas con compresas empapadas con las hierbas .

32.- Hacen desaparecer toda clase de cicatrices, estigmas y cortes, aunque sean muy antiguos, mojándolos por lo menos cuarenta veces con ellas. Todas las heridas que se curan con las Hierbas Suecas no dejan cicatrices.

33.- Curan radicalmente las fístulas, aunque se tengan por incurables; no importa si son antiguas o no, empapándolas con las Hierbas Suecas a la mañana y a la noche y tomando diariamente una cucharada (de postre) disuelta en agua antes del desayuno, comida y cena.

34. Curan todas las quemaduras y escaldaduras mojándolas continuamente con ellas no se producirán ampollas y se calmará el dolor. Curan ampollas purulentas.

35.- Ayudan a curar moratones y chichones causados por golpes y caídas. Aplicándoles un paño empapado con las Hierbas Suecas.

36.- A los que comen con desgana les devuelve el apetito. Una cucharada (de postre) disuelta antes del desayuno, comida y cena.

37.- Devuelven los colores de la cara a los anémicos si cada mañana toman las gotas durante un período prolongado. Limpian la sangre, fomentan su producción y su circulación. Una cucharadita (de postre) disuelta en agua antes del desayuno, comida y cena.

38.- Calman los dolores reumáticos en los miembros, tomándolas por vía interna y aplicando paños empapados en las partes doloridas. Una cucharadita (de postre) disuelta en agua antes del desayuno, comida y cena.

39.- Curan los sabañones en las manos y en los pies, aunque se hayan reventado. Hay que aplicar continuamente compresas empapadas, sobre todo durante la noche.

40.- Los callos (ojos de pollo) se cubren con un taponcito empapado procurando que se mantenga siempre húmedo. A los tres días se sueltan solos o se quitan fácilmente sin dolor.

41.- Curan asimismo mordeduras de perros u otros animales rabiosos, bebiendo las hierbas, ya que destruyen todos los venenos. Una cucharada (de postre) antes del desayuno, comida y cena.

42.- En caso de peste u otras enfermedades contagiosas conviene tomarlas varias veces al día, ya que curan tumores pestilenciales muy bubones, aunque estén ya metidos en la garganta. Una cucharada (de postre) antes del desayuno, comida y cena.

43.- Quien no pueda dormir por la noche, que las tome antes de acostarse. Contra el desvelo nervioso se aplica una compresa empapada con las hierbas sobre el corazón. Una cucharada (de postre) disuelta en agua o infusión antes de acostarse.

44.- Con dos cucharadas (de postre) de las Hierbas Suecas se le quita la borrachera al borracho.

45.- Quien tome cada día por la mañana y por la noche Hierbas Suecas no necesita otra medicina ya que éstas fortalecen todo el organismo, refrescan los nervios y la sangre, quitan el temblor de las manos y los pies, es decir que eliminan todas las enfermedades. El cuerpo se conserva elástico y la cara juvenil y bella.

46.- ADVERTENCIA: Las gotas de las Hierbas Suecas siempre se toman diluidas en tisana o agua.


Los cuarenta y seis artículos del “Antiguo Manuscrito” sugieren las maravillosas virtudes curativas de esta mezcla de hierbas medicinales. Puede decirse con razón, que el Amargo Sueco es beneficioso en cualquier enfermedad.


MODO DE EMPLEO.- En los adultos, tomar como media una cucharada o 25 gotas Tres veces al día, preferiblemente después de las comidas y en los niños, dependiendo de la edad, se suele dar de dos a cuatro gotas por año de edad.